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MEPP- Literatura infantil y prácticas escénicas…..13/05/20313
LA FANTASÍA
Es
un poder positivo que estimula la creatividad humana y peligrosa a la vez, si a
través de ella se exaltan valores que rompen con las normas morales y éticas.
Puede ser usada con fines negativos, esto ocurre cuando por medio de una obra
literaria se proyectan prejuicios sociales o raciales, con el fin de lograr
objetivos que son negativos para la convivencia social y para la personalidad
del niño.
La
literatura para niños debe desatar la imaginación e ir de lo simple a lo
complejo, si el lenguaje es abstracto y su contenido exento de fantasía, ni el libro más bello del mundo
logrará despertar su interés. El premio
nobel de literatura BESHEVIS SINGER, afirmo, “es mucho más difícil escribir un
libro para niños que uno para adultos”.
Las
joyas literarias más codiciadas, son los cuentos fantásticos que narran
historias donde los árboles bailan, las piedras corren, los ríos cantan y las
montañas hablan. Los niños sienten especial fascinación por los castillos
encantados, las voces misteriosas y las varitas mágicas.
FANTASÍA, ANIMISMO Y MENTIRA.
Por
la importancia de la imaginación en los niños, los psicólogos han dividido la
fantasía en tres etapas.
1. FANTASÍA: consiste en el paso
de la imaginación pasiva a la imaginación activa y creadora.
2. ANIMISMO: es la etapa en el
cual el niño atribuye conciencia y voluntad a los elementos inorgánicos y a los
fenómenos de la naturaleza.
La
fantasía del niño es capaz de dotarle vida al objeto más insignificante. Los preescolares, personifican las letras del
abecedario, dicen: “la letra a
es una señora gorda y la i un
caballo con sombrero”
La
fantasía infantil (Ps. Lawrence A. Averill) no conoce frenos: en la realidad
acepta el mundo como es, en la fantasía lo transforma. Una vez superada la
etapa del “animismo” esencialmente vinculada a los objetos y al contexto
familia, el niño ingresa a la tercera etapa.
3. MENTIRA: imagina personajes
sobrenaturales cuyas hazañas lo seducen y sugestiones. “Empieza a darse cuenta
de la complejidad del mundo, donde aparece la edad de la imaginación junto con
la “edad de la razón”. Es aquí donde su interés es hacia los cuentos folclóricos primitivos, cuentos de hadas que lo transportan al reino de lo
fabuloso”
El
niño parece un hombre primitivo, que cree que los astros son seres fantásticos
que dominan sobre él y a quienes se les debe rendir pleitesía, como lo hacían
los mayas al sol y la luna. Su imaginación crea personajes esotéricos
(escondidos, secretos, misteriosos), unas veces bellísimos y otras horribles,
de su temor surgen las hadas y los duendes, que lo protegen o lo amenazan.
Por
eso los mitos y las leyendas son productos genuinos de la expresión íntima de
hombre primitivo.
Claparede
dice “El niño deforma la verdad y se gana el epíteto (calificativo) de
embustero, sin embargo no tiene la intención de engañar, sino que prologa una
comedia de la cual él mismo es juego a medias”. La fabulación del niño no tiene
nada que ver con la mitomanía del adulto, para él es normal trocar (cambiar) la
realidad en fantasía y la fantasía en realidad; la mentira en el adulto es alteración de la verdad de manera voluntaria
y consciente.
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